¿Cómo saber si el whisky es bueno?

Para apreciar un buen whisky, se tienen que tener unos mínimos conocimientos. Por ejemplo, se recomienda tomar el whisky solo, para apreciar todos sus matices.

«Se obtiene de la destilación de la malta fermentada con cereales como el trigo, la cebada, el maíz y el centeno, y el posterior añejamiento en barriles de madera de roble blanco. El contenido alcohólico oscila entre el 40% y el 62% de volumen. Teniendo en cuenta que el primer escrito sobre el whisky data de principios del siglo XV en Irlanda», informa el periódico digital Okdiario.

Aunque puedes añadirle un poco de agua o dos cubitos de hielo, depende de cada tipo de whisky. Si quieres bajar la temperatura del producto pero sin añadirle agua, te aconsejamos que utilices el antiguo truco de las Highlands escocesas.

Consiste en añadirle unas piedras frías que antes se recogían en los ríos y ahora pueden adquirirse en tiendas especializadas. También puedes hacer como en Irlanda y beberlo con cerveza. Primero tomas un chupito de whisky y luego uno de cerveza, o mezclas ambas bebidas con una tónica y una rodaja de limón.

«El whisky escocés es realmente variado, desde más turbio y denso a más afrutado. En consecuencia, las destilerías han descubierto que pueden atraer a distintos mercados emergentes y que todo esto es muy lucrativo», dice el experto Blair Bowman, que ofrece catas de la bebida a grupos extranjeros.

Tampoco puedes utilizar cualquier vaso, antes se utilizaba un vaso corto y de base sólida. Esto lo saben bien los profesionales de
Giona, ya que son expertos en copas y vasos con cristal de máxima dureza y transparencia.

Ellos explican que si quieres apreciar
un poco más sus aromas, lo más recomendable es usar una copa de degustación, que tiene una forma más estrecha en la boca que en el cáliz.

Si estás en una cata, comienza vertiendo un poco de whisky en el vaso, acerca la nariz e inhala con suavidad. Después, toma un sorbo y deja que esta bebida recorra su paladar.

Para distinguir un whisky de calidad de otro que no lo es. No te pierdas las siguientes claves:

Olor a alcohol. Si cuando pones la bebida en el vaso huele mucho a alcohol y no se detectan otros sabores, es que es un whisky de baja calidad. Los aromas principales del whisky tienen que ser de frutas, madera, vainilla, etc.

Alcohol en la boca. Tampoco es de calidad cuando nos produce sensación de anestesia o irritación en la boca debido a su contenido alcohólico.

Elaboración y antigüedad. En la etiqueta
podemos encontrar su edad, su composición y el tipo de barrica en el que ha envejecido. Los whiskys alcanzan su plenitud tras una maduración de entre 10 y 12 años, a partir de ese momento la mayoría suele ir perdiendo sus cualidades.

Aditivos. Algunos fabricantes añaden a sus bebidas caramelo, miel u otros productos para que los consumidores no aprecien un destilado de mala calidad.

Precio. Debes saber que no necesariamente los whiskys más caros son siempre los mejores.

Te encantará el cóctel Manhattan, esta bebida se originó en el club que lleva su nombre en el año 1874, cuando Jenny Jerome, madre de Winston Churchill, organizó una fiesta para un amigo de su padre, Samuel Tilden.

Ella fue quien dio instrucciones al barman para crear este cóctel. Hecho de whisky, vermut y angostura, y decorado con una cereza roja.

El whisky se utiliza más allá de la coctelería, ya que esta bebida se ha ido incorporando en la cocina para flambear carnes, pescados, mariscos y postres.

En la gastronomía escocesa puedes apreciar esta bebida en una sopa caliente, en un pastel de pescado o en un postre de chocolate. En los platos más dulces puedes utilizar un whisky americano y en los más aromáticos emplea los whiskys escoceses.

Para barnizar un pollo o un pavo al horno, puedes utilizar la siguiente mezcla: media taza de mantequilla a temperatura ambiente, con dos cucharadas de whisky y una de azúcar.

Para preparar un buen café irlandés, solo hay que añadir un chorro de crema de café y de whisky a un espresso bien cargado. También puedes añadir nata, pero es opcional.

Opta por whisky puro de malta, de cuerpo robusto y sabores profundos, para cocinar costillas de cordero, carnes de caza o un lomo a la pimienta.

Por otro lado, un whisky con características intensas va bien con una carne al carbón o a la parrilla. En este caso, se aconseja además el uso de salsas con mostaza, champiñones o especias.

Si eres goloso seguro que te encanta la tarta al whisky. Aunque un chorrito de esta bebida tambien se puede añadir en una tarta de chocolate, una mousse o unos crepes.

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