Las velas son un producto que no puede faltar en ninguna casa. Nunca sabes cuando las vas a necesitar. Encontrar una tienda especializada en velas es cada vez más difícil en las ciudades donde vivimos. Abrir un establecimiento de este tipo es una buena idea de negocio.
Evalué la necesidad de una tienda de velas la noche del 28 de abril. Ese día que nos sorprendió a todos con un apagón eléctrico que afectó a todo el país. La electricidad no llegó a la parte de Barcelona donde vivo hasta las once de noche. A medida que se iba oscureciendo la casa, pensé: ¿Quién tenga una tienda de velas o de radios a pilas debe estar forrándose?
Por suerte encontré un par de velas pequeñas en un cajón del aparador de la entrada. El comedor de casa estaría iluminado hasta que se restableciera el suministro eléctrico. Recordé en aquel momento que cuando yo era pequeño, en mi casa siempre había velas. Era un artículo que mi madre se encargaba de reponer. Le horrorizaban los apagones.
Hoy las velas las usamos para más funciones que iluminarnos cuando se ha ido la luz. Algunas personas son dadas a decorar la casa con velas en ocasiones señaladas.
Una tienda de velas entra en coherencia con la tendencia a la especialización que tanto impera hoy en el negocio minorista. Cuando alguien abre una tienda, pretende especializarse en un producto y ser diferente a la competencia.
Cererías cada vez hay menos, y tiendas de velas también. Por lo que abrirse un hueco en el mercado es relativamente sencillo. Imagínate abrir una tienda de velas en Albacete. Cualquier persona de la ciudad que quisiera comprar velas un poco diferentes, de esas que no encuentras en los bazares, recurría a tu tienda.
Las tiendas de velas se actualizan.
La página web Barcelona Secreta nos habla de la Cerería Subirà, la tienda más antigua de Barcelona. Una tienda situada en pleno barrio gótico, a mitad de camino entre la catedral, la iglesia de San Pere y la iglesia de Santa María del Mar. Las tres iglesias góticas emblemáticas de la ciudad.
La tienda fue inaugurada por el maestro cerero Jacint Galí en 1761. Su ubicación no era la actual. Se encontraba en la Calle Corders, también en el actual barrio gótico. Sus hijos, que heredaron el negocio, se trasladaron a la Calle Argentería. La que lleva a la iglesia de Santa María del Mar. La familia Subirà, que la adquirió en 1825, trasladó el taller a su ubicación actual. Unas calles más arriba.
Si bien el negocio en un principio era un taller de manufactura, donde se vendían las velas que se fabricaba en el obrador de la trastienda, en la actualidad es una tienda especializada en velas, abastecida por algunos de los mejores proveedores nacionales e internacionales.
Visitar la Cerería Subirà es como sumergirse en el universo de las velas. Una escenografía impresionante, abarrotada de velas y cirios de todas las formas y colores que van atrapando la atención del visitante. Es difícil llegar a la tienda y no salir de ella con una vela en una bolsa, aunque solo sea como recuerdo. Un objeto que atestigua que estuviste en la tienda más antigua de Barcelona.
El mal llamado Barrio Gótico, que no es la reestructuración del casco antiguo de Barcelona para la Exposición Universal de 1929, con sus barrios como Sant Pere, el Borne y Ciutat Vella no es lo que fue hace apenas 40 años. Lo que antes era un barrio popular de trabajadores, hoy es uno de los puntos neurálgicos por donde pasean los turistas que visitan la ciudad. Como sucede con buena parte de las tiendas de la zona, los negocios se han adaptado a las preferencias de los turistas. A pesar de ello, la Cerería Subirà no ha perdido su encanto.
Del uso religioso al uso civil.
Otra de las cererías icónicas de nuestro país es la Cerería La Real, en Palma de Mallorca, en la Plaza de l´Hospital. En la parte noble del barrio antiguo de la capital mallorquina. La web Emblematics Balears nos habla de ella.
Yendo de la calle San Miguel a la Rambla, pasando por la Calle Olmos, como una prolongación de la misma, al otro lado del Paseo de la Rambla, comienza una rampa empinada que nos lleva a un hospital gótico. A medio camino de la calle, girando a la derecha, llegas a la plazuela donde está la entrada al Hospital General. Conocido en Palma como el Hospital de la Sangre. Un hospital que fue construido en 1460 y que aún sigue en activo como una delegación del Hospital Son Espases.
Lo cierto es que este hospital fue gestionado hasta mediados del siglo XX por la iglesia católica. Anexo al hospital se encuentra la capilla del Cristo de la Sangre, donde los familiares de los enfermos prendían velas a la imagen del Cristo para que intermediara en la recuperación de los internos.
Aprovechando esta tradición, el comerciante Enrique Vives puso en 1917 un puesto de velas, regentado por su mujer, a la puerta del hospital. En los años 20, el puesto de cirios vendía las velas que fabricaba el maestro cerero Guillem Ramis en su fábrica del Secar de la Real.
El nieto de Ramis compró la tienda de velas en 1989 y le puso el nombre de Cerería La Real, en homenaje a su abuelo. Esta tienda está involucrada en el cuidado de la Ermita del Cristo de la Sangre. Cada día se encarga de encender dos cirios a los lados de la cruz como símbolo de la esperanza. La esperanza de los enfermos.
La cerería La Real es diferente a la Cerería Subirà de Barcelona. Entrar en ella es como retroceder en el tiempo. La tienda tiene un marcado carácter religioso. Además de cirios y velas, en su interior venden rosarios, crucifijos y medallas con la cara de los santos. La tienda tiene la patente de la imagen del Cristo de la Sangre y comercializa una gran variedad de productos en su honor. Un Cristo al que la tienda se siente unida.
Aunque no seas religioso, la Cerería La Real es una tienda digna de visitar. Representa la conexión que ha habido siempre entre las cererías y la iglesia católica. Un tipo de tienda que en otros tiempos era habitual en cualquier ciudad de provincias y que ahora cada vez es más difícil de encontrar.
Hoy las velas tienen un uso más lúdico que religioso.
Diferentes usos, diferentes modelos.
Hoy usamos las velas para decorar una mesa para una cena romántica. No hay nada más seductor que una cena a la luz de las velas con tu amada o tu amado y música romántica de fondo.
Ponemos velas rojas como centro de mesa cuando llega la Navidad. Es un adorno navideño más, como el pesebre o el árbol de Navidad.
Decoramos la tarta de cumpleaños con una o dos velas que indican la edad que va a cumplir el cumpleañero. Es el colofón de la fiesta. Su punto central. El agasajado deberá soplar las velas, formulando un deseo en secreto, cuando los invitados hayan terminado de cantarle el cumpleaños feliz.
Si deseas celebrar una fiesta de Halloween auténtica, lo mejor es que apagues las luces y en su lugar enciendas velas. Darán a la estancia un ambiente más terrorífico. Todo eso sin olvidar colocar una vela en el interior de una calabaza vaciada y tallada con la forma de una cara. Con sus ojos centelleantes y su sonrisa malvada.
Y, por supuesto, usamos velas cuando llega un apagón, como sucedió el pasado 28 de abril.
Las velas avivan nuestra creatividad. Crean ambiente. Podemos darle tantos usos como se nos pasen por la imaginación. Esto ha revolucionado el diseño de velas. En la actualidad tenemos una amplia variedad de modelos de velas como podemos comprobar visitando webs especializadas como la de esta fábrica de velas artesanales, una cerería artesanal de Arganda del Rey (Madrid) donde encuentras velas para todas las ocasiones. Algunos de sus diseños son preciosos. Como sus centros de mesa formados por velas cilíndricas y esféricas de colores.
Webs como estas te abren la mente para valorar todas las posibilidades que tiene montar una tienda de velas.
Dedicarse a un solo producto puede resultar arriesgado. Es como jugárselo todo a una carta. Sin embargo, si te planteas abrir una tienda de velas, puedes completar el inventario con objetos de decoración relacionados con las velas: Candelabros, centros de mesa, incienso, ambientadores naturales. Toda una gama de productos donde las velas sean el elemento central y el hilo conductor.
La intención es crear un escenario envolvente que atrape a la clientela y le haga despertar su imaginación. Puesto que esta es una de las características de las velas. Son un elemento simbólico, mágico, que adquiere el significado que nosotros queramos darle.
Como sucede con cualquier negocio, antes de abrirlo hay que echar cuentas para evaluar su viabilidad. Pero una tienda de velas, créeme, es una idea como mínimo a tener en cuenta.



