Cada vez es mayor el número de mujeres que se lanzan a impulsar sus proyectos empresariales. Sin embargo, el porcentaje de mujeres autónomas respecto a hombres sigue siendo significativamente inferior. Las mujeres representan el 35,2% del total de trabajadores autónomos inscritos en la Seguridad Social, respecto al 64,8% que son hombres. Estos son algunos rasgos de la situación de las mujeres autónomas en la actualidad.
Lo primero que tiene que hacer una mujer para impulsar un negocio, igual que un hombre, es realizar un plan de viabilidad del proyecto. Esto implica un pequeño estudio de mercado respecto a los productos o servicios que se van a vender, un análisis de gastos y una previsión de ingresos. Esta investigación es imprescindible si se quiere pedir la capitalización del paro para financiar la inversión inicial, o si se acude a una entidad bancaria en busca de financiación. En todos los casos, aunque no es infalible, este trabajo previo nos proporciona una idea bastante orientativa respecto al funcionamiento inicial del negocio.
El segundo paso decisivo es saber rodearse de buenos profesionales que contribuyan a que la idea del negocio se convierta en una realidad. En ese aspecto, los asesores de Gestoría Toledano, una asesoría fiscal, laboral y contable que lleva operando en Alicante desde 1972, opinan que una asesoría integral es más beneficiosa para los autónomos; sobre todo durante los primeros años del negocio. Un gestor que les lleve todos los asuntos administrativos y legales, le permite a la emprendedora centrarse en lo que mejor sabe hacer, su actividad profesional, y no perderse en vericuetos burocráticos que le restan tiempo y energía.
Aunque hasta aquí, todo parece igual para hombres que para mujeres, lo cierto es que las mayores dotes organizativas de las mujeres y su capacidad para establecer relaciones comerciales, por su empatía y cercanía al cliente, le aportan un rasgo ventajoso a la hora de impulsar determinados proyectos.
Esta es la situación de las mujeres autónomas en la España, hoy en día:
Sectores con más presencia de mujeres autónomas.
La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos, A.T.A., destaca que en determinados sectores la presencia de autónomas mujeres es mayor que la de hombres. De entre estos sectores destaca el comercio. Una de cada cuatro empresarias o emprendedoras trabajan en este sector. No es el único gremio en el que la presencia de mujeres es preponderante. Podríamos decir que el emprendimiento femenino está más diversificado que el masculino. Esto son otros sectores con una presencia importante de mujeres autónomas:
- Hostelería. Tradicionalmente, la hostelería se ha considerado un mundo de hombres. Lo cierto es que 9,6% de las mujeres autónomas trabajan en este sector, frente al 7,6% de los autónomos varones. Esto ha influido en una mayor variedad. En la actualidad se abre una gran cantidad de restaurantes y cafeterías, frente a los bares y tabernas que tradicionalmente habían dominado el sector.
- Actividades sanitarias. En la prestación de servicios sanitarios por cuenta propia, el porcentaje de mujeres es superior al de hombres. En concreto, un 11,6% de las trabajadoras autónomas frente a un 8,1% de los autónomos varones. Esto incluye médicas, enfermeras, asistencia sanitaria domestica pero también trabajos más especializados como fisioterapeuta, nutricionista o dentista.
- Actividades educativas. El emprendimiento educativo, sobre todo a pequeña escala, como son las academias, está copado por mujeres. Su presencia es el doble que hombres en términos relativos; es decir, en referencia al total de autónomos por géneros. Las educadoras mujeres son un 5,2% del total, frente al 2,1% de hombres.
- Actividades profesionales y técnicas. Profesiones como abogado, graduado social, psicólogo, veterinario han experimentado en los últimos años una mayor tasa de altas de autónomos en mujeres que en hombres. En esto influye la mayor presencia de las mujeres en la universidad y la opción de muchas de ellas de trabajar por su cuenta, frente a los licenciados y diplomados hombres, que prefieren ser contratados por una empresa.
- Sector inmobiliario y finanzas. La presencia de mujeres agentes inmobiliarias y corredoras de seguros también está viviendo un importante crecimiento. Aunque son sectores bastante específicos, no dejan de ser una actividad comercial.
Sectores con menos presencia femenina.
Por otro lado, existen una serie de sectores económicos tradicionalmente ligados a los hombres, en los que la presencia de mujeres es bastante reducida. Estos sectores coinciden con que son los que mayor porcentaje de autónomos hombres concentra. A esto habría que añadir alguno en el que se aprecia un cierto techo de cristal para las mujeres. Los sectores con un menor porcentaje de emprendedoras son:
- La construcción. El sector de la construcción, que durante mucho tiempo ha sido uno de los principales motores económicos del país y de los que más dinero ha generado, está dominado por hombres. Aquí no nos referimos solo a los trabajos físicos pesados, sino que las actividades comerciales y de gestión, como los contratistas, arquitectos y promotores, continúan siendo mayoritariamente varones.
- El transporte. Tanto el transporte de mercancías como el de viajeros está dominado por hombres. Aunque cada vez nos resulta menos extraño ver a una camionera o a una conductora de autobús mujer, su número resulta anecdótico en comparación con los hombres. Si ya entramos en otro tipo de transporte como el marítimo, la diferencia entre géneros es abismal.
- Si bien, cada vez España es menos un país industrial, todo el tejido de talleres y de fábricas está dirigido mayoritariamente por hombres. Estamos hablando de una actividad económica que reporta un alto valor añadido y es la base material de la riqueza de un país.
- Agricultura y sector primario. El papel de la mujer en el mundo agrario es importantísimo; sin embargo, las explotaciones agrarias, ganaderas y pesqueras están principalmente a nombre de los hombres. Interviniendo las mujeres, muchas veces, en condiciones de economía sumergida.
- Medios de comunicación. Sorprendentemente, en el sector de la información se observa un cierto techo de cristal para las mujeres. Sobre todo en lo que se refiere a la contratación de profesionales freelance. Los periodistas autónomos hombres representan casi un 3% del total de autónomos varones, respecto al 1,4%, en el caso de las mujeres.
Principales problemas de las mujeres autónomas.
El portal para autónomos Infoautónomos señala que las mujeres sufren una situación de discriminación respecto a los hombres en el mundo del emprendimiento. A una mujer, a día de hoy, le resulta más complicado emprender que a un hombre. Esto se aprecia en tres cuestiones, principalmente:
- Conciliación de la vida laboral y familiar.
Este problema se acentúa especialmente con el nacimiento de un niño. Aunque el gobierno ha tomado medidas en los últimos años para paliar la reducción de los ingresos económicos durante la baja por maternidad, lo cierto es que cuando una mujer autónoma deja de trabajar para atender a su hijo recién nacido, no compromete solo sus ingresos individuales, sino la supervivencia económica del negocio. Además del trabajo directo, el emprendimiento implica una labor de dirección y gestión que se ve interrumpida por atención al niño. Esta obstrucción tiene grandes repercusiones económicas.
La participación del hombre en las tareas domésticas cada vez es mayor; sin embargo, socialmente, el cuidado de los niños recae fundamentalmente en las mujeres. Esto se aprecia en taras cotidianas, como puede ser llevar al niño al médico, cuando cae enfermo, cuidarlo para que se recupere o la relación con los maestros del colegio.
Esto puede crear situaciones de estrés y de ansiedad entre las mujeres autónomas, a las cuales, además de exigirles que sean buenas profesionales y empresarias, intentando abrirse un hueco en un panorama económico dirigido por hombres, se les reclama que sean unas madres ejemplares y abnegadas.
- Abandono de los proyectos en una etapa temprana.
Un informe elaborado por RedEmprendia señala que el 28% de las emprendedoras abandonan sus proyectos en una fase inicial del negocio. Cuando aún esté en periodo de incubación. Esto se debe a una combinación de factores económicos y sociales que actúan en su contra. La falta de financiación en las primeras etapas de la empresa, en la que puede ser que los ingresos a penas den para cubrir gastos, unido a las responsabilidades familiares, hace que muchas emprendedoras abandonen sus proyectos antes de que estén maduros.
Falta de apoyo de las administraciones.
El 89% de las emprendedoras opinan que el Estado y las comunidades autónomas no fomentan suficientemente la creación de empresas.
Esta opinión se basa en que según “Infoatónomos” solo el 11% de las mujeres que el año pasado se decidieron a montar una empresa recibieron algún tipo de ayuda pública.
A nivel general, entre las mujeres existe un 10% de desempleo superior a los hombres. En el caso del emprendimiento y la formación de empresas, la desigualdad entre hombres y mujeres es mayor.
No se puede atender de la misma manera el autoempleo y la creación de empresas, sin tener en cuenta si lo afronta un hombre o una mujer. Ya que la situación es diferente. Aunque se han dado pasos importantes, en este campo aún queda mucho por hacer.