Las carillas dentales son uno de los tratamientos de estética dental más demandados, ya que permiten corregir manchas, dientes con fracturas, diastemas, pequeñas correcciones en la alineación, dientes torcidos, etc. Este tratamiento ofrece resultados muy naturales y mejora el aspecto de la sonrisa. Además, es muy efectivo y poco invasivo, ya que debajo de la carilla se mantiene la pieza dental sin alteración.
Su colocación es rápida y completamente indolora. El proceso de adaptación del paciente a este tratamiento es inmediato, por lo que puede comer y hacer vida normal tras salir de la clínica dental. Muchas personas padecen importantes tinciones en sus dientes y recurren a las carillas para conseguir unos dientes más blancos y naturales. Los dos tipos más frecuentes de carillas dentales son las carillas de composite y las de cerámica.
Los dentistas diseñan digitalmente el tratamiento de carillas de manera personalizada, por lo que los pacientes pueden elegir el tono de las piezas dentales. El tratamiento con carillas no genera dolor, aunque el dentista puede recurrir a la anestesia dental si el paciente siente cierta molestia. Desde Gaceta Dental informan que «para poder determinar si una persona es candidata a realizarse un tratamiento con carillas dentales, recuerda que lo más importante es hacer un estudio minucioso previo. Este estudio puede incluir radiografías, escáneres de la boca y cara, fotografías, vídeos, etc».
Las carillas permiten recuperar el color original de los dientes naturales y ocultan pequeñas imperfecciones, como grietas o pequeñas fracturas en las piezas dentales. Tener un correcto cuidado de las carillas dentales es crucial para alargar su vida, ya que las carillas de porcelana pueden durar entre 10 y 15 años si se cuidan adecuadamente. Las carillas de composite duran como máximo 5 años, pero en caso de que se rompan pueden repararse en la boca. En cambio las de porcelana no se pueden reparar y requerirán la fabricación de unas carillas nuevas.
Es importante prestar más atención a los hábitos de higiene dental y tener cuidado con ciertos alimentos que podrían provocar manchas. Lo ideal es elegir una pasta de dientes menos abrasiva o invertir en un cepillo de dientes de cerdas suaves. Cuando los odontólogos colocan las carillas, recomiendan que se tomen una serie de medidas preventivas para cuidarlas adecuadamente y revisarlas al menos cada 6 meses.
Nos hemos acercado a la clínica smile me para saber cómo garantizar la máxima durabilidad de las carillas dentales y sus especialistas en estética dental nos han informado que para conseguir que las carillas tengan una vida larga y saludable, es importante tener en cuenta los siguientes cuidados.
Cepillarse después de cada comida
Es importante cepillarse después de cada comida con un cepillo de cerdas suaves o medianas. Lo mejor es cepillar las piezas dentales en forma de barrido y no de forma circular porque puede contribuir a la acumulación de placa bacteriana. Si por lo que sea el cepillado no es posible, hay que intentar enjuagarse la boca después de la comida con enjuague bucal. Es fundamental mantener una buena higiene oral para evitar que se filtre comida entre las carillas, ya que podría provocar caries o halitosis.
Evitar los alimentos y bebidas que provocan manchas
El vino tinto, el té y el café pueden causar manchas en las carillas y en los dientes naturales. Otros alimentos que también pueden provocar que las carillas se manchen son las zanahorias, la remolacha, las moras, los cítricos, etc. Lo mejor es limitar su consumo, para aumentar la vida útil de las carillas.
No apretar los dientes
Hay que tener especial cuidado en no apretar los dientes, para evitar que las carillas se astillen. Si el paciente sufre bruxismo debe usar protectores bucales porque este habito involuntario de rechinar los dientes durante la noche, puede ejercer mucha fuerza sobre las carillas y provocar fracturas y roturas.
Asimismo, hay que evitar comer ciertos alimentos duros o pegajosos, ya que estos provocan que las carillas sufran daños sustanciales, como fracturas o roturas. Masticar hielo o verduras crudas pueden provocar el descementado de la carilla o la irritación de las encías. No se deben utilizar los dientes para cortar o abrir objetos y es aconsejable evitar el mal hábito de morderse las uñas.
Evitar utilizar pastas y enjuagues con colorantes
Es importante utilizar enjuagues bucales sin colorante y así evitaremos que la carilla dental pueda perder color y brillo con el paso del tiempo.
Visitar al dentista
Se recomienda asistir cada seis meses a la clínica dental para realizar una revisión de las carillas dentales y corroborar si hay necesidad de una limpieza bucal profesional.