Los callos pueden llegar a ser dolorosos y suelen producirse cuando se somete al pie a demasiada fricción o presión. Esta afección consiste en el exceso de crecimiento de la capa córnea y aparece una hiperqueratosis (fragmento de piel dura y engrosada). Los callos se forman cuando la piel produce un exceso de queratina, es decir, una proteína que actúa como una barrera protectora contra la presión.
Pueden resultar muy dolorosos y también pueden afectar la apariencia estética de los pies. En su aparición influyen factores como la sequedad en los pies, el calzado, la forma de caminar, unos calcetines inadecuados o deformidades en los pies. Una pisada incorrecta puede distribuir el peso de manera desigual, causando la aparición de esta afección. Los expertos explican que los juanetes y los dedos en garra pueden provocar la formación de callos debido a la presión que ejercen.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas que producen los callos son:
-Dolor y piel engrosada.
-Piel seca.
-Posibilidad de sangrado, según el tipo de callo.
-Una textura áspera al tacto.
-Molestia al tocarlos.
-Los callos pueden causar dolor y dificultar la movilidad.
¿Qué es la quiropodia?
Lo mejor es ir al podólogo para que diagnostique la causa por la que se está produciendo esa afección. El tratamiento consiste en eliminar esa acumulación de células muertas (queratinocitos) mediante la técnica de la quiropodia. El Colegio Oficial de Podólogos de Castilla-La Mancha explica que «una quiropodia es un tratamiento podológico que se realiza para eliminar durezas, callosidades y alteraciones en las uñas de los pies. Su objetivo principal es evitar que estas pequeñas lesiones aumenten su gravedad con el tiempo. Además, el podólogo realizará una revisión más exhaustiva, para detectar posibles enfermedades tales como hongos o papilomas».
Es importante acudir al podólogo y determinar el tipo de callo y su tratamiento. No es aconsejable utilizar los callicidas porque incluyen en su composición el ácido salicílico. “Cuando el paciente intenta eliminar un heloma con un callicida lo que puede provocar es otra lesión más severa: una quemadura”, dice Rosario Morales, profesora titular de Quiropodología y Cirugía podológica de la Universidad Complutense.
“La lesión que puede provocar un callicida puede no ser preocupante en una persona sana, pero sí en pacientes de alto riesgo: diabéticos, pacientes tratados con anticoagulantes, personas con problemas vasculares o neuropatías”, dice la experta.
Tipos de callos en los pies
Los profesionales de podoavant, expertos en podología y en el tratamiento de callosidades, nos explican los tipos de callos y sus características:
Duros
Este tipo de callosidades suelen aparecer en el segundo, tercero y quinto dedo del pie. Podemos evitar estos callos si utilizamos zapatos cómodos y cuidamos la salud de los pies con una buena hidratación.
Blandos o suaves
Estos callos aparecen entre los dedos de los pies y se producen por la fricción entre sus huesos. Tienen una consistencia gomosa a causa del exceso de humedad en los pies. Suelen producirse cuando existe algún tipo de deformidad ósea en el pie o cuando usamos un calzado pequeño que presiona excesivamente los dedos.
Vasculares
Los callos vasculares son dolorosos y tiende a sangrar porque en su interior crecen vasos sanguíneos. Este tipo de callos provoca una especie de hernia en el pie.
Callos plantares
Aparecen en la planta del pie, sobre todo en la base de los dedos y en los talones. Estos callos son redondos y amarillos, pero con verrugas o papilomas. Suelen producirse como consecuencia de una pisada inadecuada y una falta de hidratación.
¿Cómo prevenir la aparición de callos en los pies?
Existen medidas para prevenir la aparición de callos y son las siguientes:
-Utilizar un calzado transpirable y que se ajuste correctamente. Es importante utilizar un calzado cómodo y evitar abusar de los zapatos de tacón.
-Evitar caminar descalzo sobre superficies duras.
-Tratar cualquier problema de alineación en los pies para distribuir mejor la presión.
-Mantener los pies limpios y secos.
-Hidratar los pies con cremas con urea o ácido láctico.
-Usar calcetines cuando se use calzado cerrado para evitar los callos y los hongos en las uñas.
-Ir al podólogo para eliminar las callosidades de forma regular y para realizar un estudio biomecánico de la pisada. Es aconsejable acudir al podólogo antes y después del verano. En estas revisiones se tratarán los callos pero también las durezas.
-Las plantillas ortopédicas a medida pueden corregir problemas de pisada y prevenir la aparición de callos.
-Masajear la zona plantar, sin olvidar los tobillos.
-Una vez por semana, debemos exfoliar los pies.
-Si los pies sudan mucho con los zapatos, podemos usar un antitranspirante en spray para evitar los callos y posibles infecciones.