Estos dos tratamientos que pueden recibirse tanto en clínicas de estética como la de la Dra. Rosa Bonal como centros de rehabilitación, ayudan a favorecer la circulación sanguínea y linfática de nuestro organismo aportando grandes beneficios para nuestra salud. Si bien el drenaje linfático se realiza mediante un masaje manual, en tanto que la presoterapia consiste en un dispositivo, ambas técnicas tienen un efecto similar. En este artículo vamos a hablar de ambos tratamientos, en qué consisten, cuál es su aplicación y cuales, sus beneficios.
Empezaremos por el drenaje linfático manual, técnica de masoterapia consistente en la aplicación de masajes suaves sobre las diferentes zonas del cuerpo. Al contrario de los masajes tradicionales donde se trata los músculos, en este caso, el objetivo es mejorar la circulación linfática. Mediante la aplicación de esta técnica se mejora la contracción automática de los vasos linfáticos, de tal manera que se favorece la eliminación de edemas y otras alteraciones que puedan darse por una mala circulación del sistema linfático.
La presoterapia, se aplica con un dispositivo que genera una presión positiva en las diferentes zonas del cuerpo. Su objetivo, es igualmente favorecer la circulación del flujo linfático, pero también la del flujo sanguíneo. El dispositivo cuenta con una serie de cámaras de aire separadas que se colocan en las zonas correspondientes o las extremidades en las que se pretenda aplicar la presión. Estas cámaras, se inflan y desinflan continuamente, realizando un efecto de bombeo sobre los vasos linfáticos y el flujo sanguíneo.
Dado que el sistema linfático es el encargado de realizar el transporte de los deshechos que se derivan de la nutrición celular a la sangre y posteriormente al sistema excretor para su eliminación, es conveniente que funcione correctamente. En caso contrario, cuando la depuración no se realiza correctamente, aparecen los edemas que no son otra cosa que el estancamiento de los líquidos y sustancias. Gracias a la presión ejercida durante el drenaje linfático o mediante la presoterapia, se favorece esa movilización que arrastra los líquidos retenidos hacia el sistema circulatorio y la sangre. Por otro lado, sabemos que el sistema linfático no solo se dedica a transportar esas sustancias de deshecho, también se encarga de las defensas del organismo.
En resumidas cuentas, los beneficios de mejorar la circulación linfática con alguno de estos tratamientos, se fundamentan en el hecho de que a veces, la linfa no circula como es debido en algunos puntos concretos, produciendo edemas y favoreciendo la acumulación de grasas que dificulta la regeneración natural y lógica de los tejidos, lo que hace necesario ayudar el sistema con un masaje.
Drenaje linfático manual
Este tipo de masaje se aplica siguiendo unas pautas concretas para que su función sea la adecuada, por lo que debe realizarse de manera suave e indolora, lo que implica que posea un efecto placentero y relajante. Las manos deben moverse de manera lenta y repetitiva, siguiendo la dirección de los vasos linfáticos y su duración no suele ser inferior a una hora.
Se trata de un tratamiento cada vez más utilizado en el área de la oncología como tratamiento para los edemas traumáticos, linfoedemas y complicaciones linfáticas que se derivan de la cirugía. Sin embargo, también es utilizado a menudo con fines meramente estéticos debido a los numerosos beneficios que aporta su aplicación.
Dentro de esos beneficios que aporta el drenaje linfático, el principal es sin duda, la reactivación de la circulación linfática que ayuda a la eliminación del exceso de líquidos y las sustancias de deshecho que genera el organismo.
Ayuda a reducir la inflamación que se produce a consecuencia de la retención de líquidos y regula el tono muscular, al tiempo que contribuye a mejorar el sistema inmune del organismo y favorece la función propia de los ganglios linfáticos. A nivel estético, mejora el aspecto de la piel y ayuda a combatir enfermedades y afecciones tan incomodas y molestas como la celulitis o el acné.
El drenaje linfático, ejerce un efecto relajante en el sistema nervioso, ayuda a aliviar las situaciones de estrés y ansiedad, combate los síntomas de migrañas y vértigo y mejor la circulación sanguínea, pues el sistema linfático se complementa con el circulatorio. De tal manera que ayuda en la eliminación de los problemas relacionados con la mala circulación como las varices. Sin olvidar que estimula la función de los riñones.
Hay que señalar que aun siendo un tratamiento más que beneficioso para el organismo, en algunas circunstancias en concreto, se desaconseja su aplicación debido a los efectos que produce. Las contraindicaciones se producen en casos de infección aguda, ya que mejorar la circulación linfática puede derivar en una propagación de la infección. En casos de flebitis y trombosis o insuficiencia cardiaca, puesto que el drenaje exige un esfuerzo cardiaco que no se aconseja. Tampoco se recomienda cuando se padece hipotensión arterial, debido a que tras una sesión de drenaje linfático, la presión arterial baja.
Cuando se dan casos de inflamación aguda, hipertiroidismo, asma y bronquitis asmática aguda, edemas linfodinámicos y desnutrición, dermatitis aguda y eccemas agudos, tumores malignos o síndrome del seno carotídeo.
Presoterapia
Como ya hemos comentado, la presoterapia es un tratamiento que se realiza aplicando presión en diferentes zonas del cuerpo, a través de una serie de cámaras de aire que se inflan y desinflan de forma continua ejerciendo la presión adecuada para favorecer la circulación sanguínea y linfática.
Al mejorar la circulación del sistema linfático y el flujo sanguíneo, este tipo de tratamiento, produce una serie de efectos beneficiosos que repercuten directamente sobre las diferentes partes del organismo.
Ya hemos referido que es un tratamiento que también se aplica con fines estéticos, siendo en ese sentido uno de sus beneficios más notables, la mejora en el aspecto de la piel y la eliminación de la celulitis. Esto es debido a que la presoterapia, al mejorar la circulación, elimina las posibles retenciones de líquido linfático y activa el sistema circulatorio. Con esto se produce un incremento del oxígeno en la sangre, se logra mayor nutrición de los tejidos y se favorece la regeneración celular.
La presoterapia ayuda a combatir la hipertensión arterial, eliminando las retenciones que se producen en la circulación linfática y activando el sistema circulatorio, de tal manera que se reduce la presión arterial.
Al igual que el drenaje linfático, la presoterapia, ayuda en la eliminación de toxinas, siendo el sistema linfático el encargado de transportar las sustancias de deshecho hacia la sangre, favoreciendo la circulación se eliminan mejor los restos metabólicos.
Una sesión de presoterapia, alivia el cansancio y la pesadez de las extremidades, disminuyendo a su vez, la inflamación producida por la acumulación de líquidos.
Este tipo de tratamiento se indica en algunas ocasiones para la eliminación de los edemas y linfoedemas producidos por una cirugía o lesión (por ejemplo un esguince), debido a que ayuda a reabsorber el líquido que se produce a consecuencia de la lesión.
Tonifica y estimula los músculos y articulaciones, reforzando los tejidos conectivos y el sistema muscular. Ayuda a aliviar el estrés estimulando los puntos nerviosos motores, reduciendo los espasmos musculares y generando sensación de bienestar y relajación.
Puesto que mejora la circulación de los vasos linfáticos, ayuda a que se incrementen las defensas del organismo y refuerza el sistema inmune.
Como sucede con el drenaje linfático, existen algunos casos en los que la aplicación de presoterapia, puede agravar las afecciones y patologías, por lo que conviene consultar con el especialista si es posible recibir el tratamiento o no si se tienen ciertas dolencias. No se aconseja su aplicación en casos de insuficiencia cardiaca, pacientes oncológicos, hipotensión, infecciones graves o embarazo.
Aunque la finalidad y objetivo de ambos tratamientos es lograr una mejora de la circulación linfática y eliminar edemas u otras alteraciones derivadas de la mala circulación o la retención de líquidos asociada a ella, existen entre ambas técnicas una serie de diferencias.
Una de esas diferencias es la técnica y el método de aplicación. Mientras que una se sirve de la tecnología para su aplicación, la otra es una técnica de masoterapia que utiliza las manos.
La duración también es diferente en cada caso: la presoterapia no pasa de unos treinta a cuarenta y cinco minutos, en tanto que el drenaje debe alcanzar los sesenta.
Otras diferencias posibles las encontramos en las contraindicaciones que en el caso del drenaje linfático, pueden también derivarse de la propia técnica. No se recomienda en casos de hipertiroidismo o síndrome del seno carotídeo debido a que puede estimular la tiroides y el seno carotídeo, generando un aumento de su actividad con consecuencias poco favorables.
No obstante, salvo estas patologías concretas y condiciones particulares que el medico tenga en consideración, su aplicación es segura, aporta grandes beneficios y ayuda a mantener el organismo en buenas condiciones de salud. Tan solo hay que seguir las recomendaciones de los profesionales y dejarse asesorar por ellos que son los que mejor pueden saber si el tratamiento de presoterapia o drenaje linfático, es adecuado para cada caso en particular.
Es fundamental que tanto uno como otro tratamiento, sea realizado por personal cualificado para obtener todos los beneficios que aporta y evitar que se produzca algún efecto indeseado.