Las cosas han cambiado mucho en lo que respecta a la gestión que realizan las empresas y las personas que las dirigen. La mente del ser humano en este siglo XXI es mucho más abierta de lo que era durante el siglo pasado y eso ha traído una serie nueva de oportunidades y algo más de justicia social, que hacía mucha falta tanto en España como en algunos otros países. Todos esos cambios han traído resultados interesantes y que demuestran que siempre debemos mantener la apertura de miras suficiente como para intentar adaptarnos a los cambios que se vayan produciendo a nuestro alrededor.
Uno de los mejores ejemplos de cambios que se han producido en los últimos años tiene que ver con la incorporación de la mujer ha puesto de responsabilidad dentro de las empresas. Hasta hace no demasiado tiempo, esta situación no era en absoluto habitual. Poco a poco, y sobre todo después de los muchos movimientos sociales que han luchado por esa posibilidad, la mujer ya está empezando a integrarse en esos espacios, teniendo por cierto una responsabilidad muy grande en muchos de los buenos resultados que cosechan las empresas de nuestro país tanto dentro como más allá de nuestras fronteras.
Una noticia publicada en la página web del diario 20 Minutos indicaba que, en el año 2022, el porcentaje de puestos directivos que eran ocupados por mujeres se situaba en torno al 36%, una cifra que era la más alta hasta entonces. Se trata de una cifra que también pone de manifiesto que queda un cierto camino por recorrer y que se deben seguir implementando tantas mejoras como sean necesarias para conseguir esa igualdad real que la sociedad viene demandando desde hace tiempo y ante la cual no podemos hacer oídos sordos. Con este tipo de comentarios no estamos diciendo que las mujeres y los hombres se tengan que repartir los puestos directivos de las empresas en un 50%. Lo que queremos decir es que es necesario que unos no tengan preferencia sobre las otras a la hora de acceder a esos puestos por el simple hecho de ser hombres. Como todo el mundo sabe, una mujer tiene que hacer más méritos que un hombre para acceder a un mismo puesto de responsabilidad.
Hay otro dato que queremos compartir con todos vosotros y vosotras y es el hecho de que solo el 6% de las direcciones generales de las empresas están ocupadas por mujeres. Esta cifra, que hemos podido conocer de la mano de una información publicada en la página web de El Economista en febrero de 2023, muestra también que tenemos un largo camino por delante y que realmente existe la necesidad de que haya una apuesta por una igualdad plena y verdadera. Que solo los hombres tengan puestos de responsabilidad o que ejerzan estas posiciones en franca mayoría es cosa del pasado, de empresas que se han quedado ancladas en el siglo XX y que están desperdiciando talento a manos llenas.
Y es que imaginaos, por ejemplo, la cantidad de talento que puede desperdiciar una empresa si no tiene en cuenta a la mitad de la población nacional a la hora de acceder a un puesto directivo. Si solo se siguieran buscando hombres para puestos de este calibre, estamos seguros de que los resultados y de muchos negocios no serían ni la mitad de buenos de lo que son hoy en día. Y con ello no estamos desprestigiando la labor que realizan los hombres, sino que denunciamos que las empresas pueden estar dejando escapar un tren, un talento, que ellas, como ellos, también poseen.
Las mujeres, poco a poco, se van haciendo con la dirección de empresas en España, eliminando así un techo de cristal que, por momentos, parece que empieza a desaparecer aunque todavía quede mucho trabajo por delante. Las empresas que trabajan de una manera fluida para entidades de diferente tipo, como es el caso de entidades dedicadas al transporte de mercancías como Trasportes Internacionales, quienes cuentan con servicios aduaneros para exportar y conocen por tanto a donde llega cada cargamento, saben perfectamente de lo que estamos hablando. No existe un día de trabajo en el que no se transporte una mercancía que tiene como destino una empresa que se encuentra dirigida por una mujer.
Una mayor paciencia, clave en los resultados obtenidos por mujeres
Todavía hay determinadas personas que consideran que las mujeres no están preparadas para asumir cargos directivos y de responsabilidad. Ante este equipo de opinión, que por supuesto ignora todos los datos de los está proporcionando la estadística en este sentido, debemos hacer referencia no solo a los datos, sino también a las claves por la cuales los negocios que son regentados por mujeres suelen cumplir con sus propósitos. Una de esas claves tiene que ver con la paciencia, que es más inherente a ellas que a ellos. Cuando se trabaja con paciencia y sin dejarnos gobernar por otras sensaciones como el agobio o la prisa, todo sale mejor, principalmente porque la capacidad de análisis es mayor y las personas que se sitúan a nuestro alrededor se sienten más motivadas.
Esa es una de las grandes respuestas para este tema, pero lo cierto es que podríamos hablar de más cosas. Una de ellas es la capacidad de planificación y de prevenir problemas. La psicología demuestra que esa capacidad, en las mujeres, es ligeramente mayor, lo que no quiere decir que ni todas la tengan ni que ningún hombre la posea. Lo cierto es que esa planificación nos parece elemental en una empresa porque puede ahorrar muchos disgustos y dinero. Si, cuando vamos a elaborar un proyecto o actividad, tenemos en cuenta todos los problemas a los que nos podemos enfrentar, vamos a tener una capacidad de maniobra más grande cuando llegue dicha situación.
La empatía es otra de las grandes amigas de las mujeres que se encuentran a cargo de una determinada organización o departamento de la misma. Y esta es beneficiosa para trabajar un aspecto que no siempre se tiene en cuenta pero que resulta fundamental en el seno de cualquier negocio: la motivación de las personas que trabajan en él. Si tenemos a un jefe o jefa que comprenda nuestra situación y que se ponga en nuestro lugar cuando tenemos un problema, los vamos a sentir mucho más identificados e identificadas con él o ella. Y vamos a formar entre todos y todas un equipo mejor. Si la situación es la contraria, habrá una distancia entre las dos partes que será insalvable.
En un mundo en el que cada detalle cuenta para ser más competitivos que las empresas que conforman la competencia, es de una necesidad imperiosa que tengamos en cuenta todos los recursos humanos de los que disponemos, con independencia de si las personas son hombres y mujeres. El valor de una persona no se mide por eso, sino por la cantidad y calidad de las actividades que es capaz de acometer y el tiempo y destreza que invierte en ellas. Ese tipo de cosas son las que van a permitir marcar la diferencia y las que van a hacer posible que la empresa alcance un punto álgido de desarrollo.
Los jóvenes también tienen importancia
En un caso similar al de muchas mujeres se encuentran las personas jóvenes, que muchas veces son infravaloradas por el mero hecho de no tener experiencia. Aunque es cierto que esa experiencia siempre es un grado, no solo hay que valorar a las personas por eso. De hecho, los y las jóvenes pueden aportar una mayor originalidad, un conocimiento más amplio de la tecnología y unas ganas que muchas veces no tienen las personas que llevan tiempo trabajando para una organización y que han podido caer de una u otra manera en la monotonía.
Además, es injusto que se menosprecie a la gente joven. Aunque no se cuente con experiencia, está claro que una persona de menos edad que la de la inmensa mayoría de la empresa puede ser de gran utilidad. Es muy posible que este tipo de personas tenga más argumentos que nadie para ser productiva y que quiera comerse el mundo. Además, nos pueden proporcionar una percepción del negocio que no teníamos hasta ahora y venir con ideas que no habíamos considerado y que pueden generar ventajas competitivas para la empresa con respecto a las demás. Este tipo de situaciones es bastante habitual ahora, pero es de justicia decir que las empresas españolas no han apostado como deberían por unos y unas jóvenes que en muchas ocasiones han tenido que buscarse la vida más allá de nuestras fronteras para abrirse camino en el mercado laboral.
Esa situación que describíamos al final del párrafo anterior ha cambiado. Las empresas españolas ahora confían en la gente más joven y hay más posibilidades de que este tipo de personas puedan encontrar trabajo en España. Pero es verdad que sigue quedando algo de trabajo por delante también en este sentido, al igual que en el caso de la mujer. Lo que todo el mundo debería tener en cuenta en los momentos que corren es que en nuestra empresa han de estar los mejores: sean hombres, mujeres, personas de 60 años o de 18. Si no contamos con los mejores, no solo estaremos perdiendo oportunidades, sino que se las estaremos poniendo en bandeja a quienes compiten contra nosotros.