Mujer y emprendimiento

Emprender no es fácil. Es gratificante pero no resulta fácil ni sencillo alcanzar el éxito en una sociedad tan competitiva como en la que vivimos. Para la mujer en particular, el esfuerzo en el emprendimiento ha de ser todavía mayor. Si bien es cierto que, en los últimos tiempos, la tendencia ha cambiado en gran medida y la mujer emprendedora ha ido recortando la distancia frente al hombre emprendedor. Un claro ejemplo lo encontramos en Joyería Lorena, empresa de joyería afianzada en el sector experta en anillos de compromiso de oro y plata.

Con independencia del sexo de la persona emprendedora, promover una idea para convertirla en una realidad que, además tenga éxito, puede convertirse en una ardua tarea que mine las voluntades de cualquiera. No obstante, si existe una cualidad que destaque en las mujeres por encima de los hombres, es su capacidad para perseverar hasta obtener lo que quiere, una vez tiene claro el objetivo que pretende alcanzar.

La actividad emprendedora entre las mujeres de todo el mundo, se ha incrementado en un diez por cien, según datos de los informes oficiales llevados a cabo. Al parecer, el mismo informe, realizado por Global Entrepreneurship Monitor, revela otro dato importante: el treinta y cinco por cien de las mujeres emprendedoras, no se consideran capaces de llevar a cabo su empresa con el éxito necesario. A pesar de gozar de buena formación, ese porcentaje no se siente capaz de emprender con éxito, algo que, en economías con menor fuerza, aumenta hasta un sesenta y siete por ciento.

Esta inseguridad seguramente se deba a la inestabilidad económica y laboral en la que vivimos sumergidos, unida a la falta de confianza que muchas mujeres sienten debido a su educación, entorno o circunstancias personales.

Emprender, según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, se define como: “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierra dificultad o peligro”.

Verdaderamente, emprender entraña y conlleva una serie de riesgos y dificultades asociados que hace que algunos proyectos alcancen el éxito y se consoliden, en tanto que otros, fracasen estrepitosamente.

Se considera emprendedor, en este caso, emprendedora, a toda mujer que decide montar su propia empresa desde cero, enfrentándose a los restos continuos que supone transformar esa idea de negocio, en un negocio de verdad. El empresario, en este caso, empresaria, es quien dirige y gestiona la empresa, una vez, consolidada.

Cualidades y características de la mujer emprendedora

Para emprender un negocio no es suficiente con querer, es importante dicho factor, sin duda alguna, pero se necesita reunir una serie de factores y características para que la aventura, tenga éxito. Porque si, emprender es toda una aventura que, a veces se convierte en odisea. Teniendo esto claro, veamos cuales, son esas características de ha de poseer una mujer para emprender con mayor garantía de éxito en su idea de negocio.

Una mujer emprendedora es capaz de ver una oportunidad de negocio, comenzar un proyecto basado en esa idea y hacer que este, perdure en el tiempo y se consolide. Para ello, debe asumir los riesgos asociados que puede conllevar y adaptarse a las circunstancias que se den en cada momento desde la creación del proyecto. Como es de suponer, cada mujer emprendedora, tiene sus propias y diferentes motivaciones para emprender, aun así, es posible establecer como comunes algunas características que definen el perfil de estas mujeres que, a la vez, son valientes.

El espíritu emprendedor es un rasgo común en todas ellas, sin ese espíritu de búsqueda, creación y desarrollo no hay mucho que hacer. El informe citado con anterioridad, elaborado por GEM, destaca en sus datos la necesidad y la oportunidad como dos de los elementos fundamentales de ese espíritu emprendedor. En este sentido, la necesidad a causa de la falta de oferta laboral, impulsa a la mujer a crear su propio negocio de autoempleo. Mientras que por otro lado, la persona emprendedora detecta en el mercado las oportunidades. Esta oportunidad, se basa en la necesidad de los consumidores que, al no estar cubiertas, se convierten en una oportunidad a aprovechar para la creación de una nueva empresa.

Este mismo informe, destaca que el espíritu empresarial de la mujer, constituye un pilar decisivo en el desarrollo y crecimiento económico inclusivo. Es una realidad que más del cincuenta por cien de las mujeres que viven en países en desarrollo, contemplan el espíritu empresarial como una puerta hacia un futuro mejor.

Contar con una buena formación es otra de esas características fundamentales de las que debe hacer gala una mujer emprendedora. Antes de llevar a cabo cualquier empresa, es de vital importancia poseer los conocimientos adecuados en los diferentes ámbitos que conlleva la creación de toda empresa: gestión empresarial, marketing, ventas, fiscalidad o recursos humanos.

Citando al fundador de Virgin Group “el emprendimiento es hacer que aquello que te apasiona en la vida sea lo fundamental, de manera que puedas sacarle el máximo provecho y lo hagas evolucionar”. Por lo tanto, pasión por el proyecto, por la idea, por el negocio. Este rasgo es básico para lograr el éxito. Si te apasiona tu idea, cada día te costará menos llevarla a buen puerto. Emprender no es fácil, pero si tu negocio te apasiona y te apasiona lo que haces, la dificultad y la adversidad, no serán un problema, si no una lección de la que aprender.

Hay que poseer esa cualidad de liderazgo. Toda mujer emprendedora tiene que ser una buena líder que posea buenas habilidades comunicativas, sea capaz de tomar decisiones y dar ejemplo al equipo humano con el que trabaje. Por su puesto, debe tener también conocimientos del mercado y saber como cuidar y motivar a esas personas que trabajan a su cargo.

No hay que dejar a un lado la empatía. Necesaria en todos los aspectos de la vida y, cada vez más fundamental y valorado en cuestiones de liderazgo. Una mujer emprendedora siempre será líder de su emprendimiento, la empatía ayuda a impulsar la productividad y la innovación de los trabajadores.

Emprender conlleva implícitos dos rasgos sin los que no se puede acometer el proyecto: proactividad y capacidad para adaptarse al cambio. La sociedad vive en un cambio constante, casi perpetuo. Cualquier mujer emprendedora que se precie debe saber que la proactividad y esa capacidad de adaptación son habilidades esenciales que debe desarrollar si no las posee. De hecho, emprender siempre conlleva una búsqueda de cambio para explotar el mismo como una oportunidad.

Desarrollar la resiliencia, es otra de esas cualidades que debe poseer una mujer emprendedora. Saber adaptarse a las circunstancias y los continuos cambios, aprender a ver una oportunidad en el momento de crisis y volverlo en favor propio, es algo que hay que trabajar para lograr el éxito.

Mujeres de éxito a lo largo de la historia

Emprender no es algo nuevo. De hecho, si no hubieran existido personas emprendedoras a lo largo de la historia, la civilización no hubiera avanzado y el mundo no sería tal cual lo conocemos.

Se habla mucho de la desigualdad, de la poca relevancia e importancia que se ha concedido a las mujeres a lo largo de la historia y se remarca poco, a las que si contribuyeron al cambio. Lograron su objetivo y consiguieron levantar su propio imperio. Son muchas las mujeres fuertes que copan la historia, desde Cleopatra hasta Whitney Wolfe, cada una aportando más que un granito de arena.

No podemos pasar sin recordar a Coco Chanel, cuyo nombre real, Gabrielle Chanel, se oye poco. Esta mujer se convirtió en una de las diseñadoras de moda francesa con más renombre. Tanto que aun resuena y su firma, sigue a la vanguardia de la moda, dentro de su propio y definido estilo. Coco Chanel, abrió su primera tienda de sombreros en el París de mil novecientos diez para, posteriormente, convertirla en una boutique de moda. Revolucionó el sector creando su propio código de vestimenta en detrimento de los establecidos por aquel entonces y se convirtió en una de las personas más influyentes del pasado siglo.

Del otro lado el charco, en Brasil, encontramos a una emprendedora elegida como una de las cien personas más influyentes del mundo actual: Luiza Helena de Trajano, creadora de la primera tienda virtual de Brasil, dirige un gran grupo de empresas a través de Magazine Luiza.

A destacar sin duda el nombre de la empresaria afgana Kamila Sidiqi, cuyo liderazgo y capacidad para motivar e impulsar el emprendimiento femenino en un mundo de hombres, parte de la creación de un centro de formación de emprendimiento, a través del cual ha logrado impulsar los proyectos de más de cinco mil personas de las cuales, el setenta por cien, son mujeres.

Esto son solo unos ejemplos, una mínima muestra de como las mujeres pueden llegar tan lejos o más que los hombres. Aunque emprender entraña riesgos, no es fácil, sobre todo en según qué ámbitos y lugares, es algo que cualquiera que se lo proponga puede hacer. No es cuestión de sexo, si no de audacia, capacidad y ganas. Muchas ganas.

El emprendimiento femenino, es cada vez más relevante en el mundo empresarial. Toda mujer emprendedora nace y se hace, mediante sus propias habilidades y las que puede adquirir por el camino.

 

 

 

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